Con el propósito de promover el desarrollo sostenible para lograr el bienestar de todos, Bancoagrícola, en alianza con Fundación Domenech y con el apoyo de Mastercard, culminó con éxito la segunda fase de La Cuenta del Mar, una iniciativa que protegió los mangares del Estero de Jaltepeque y fortaleció el tejido económico y social de las comunidades costeras. Como parte de los logros destacados de esta fase, se lograron intervenir 12 km de canales naturales en zonas clave para la biodiversidad.
Además, en esta fase se realizaron importantes acciones de reforestación y repoblación de especies marinas: se sembraron 1,000 candelillas de mangle y se repoblaron 100,000 postlarvas de camarón. El impacto social del proyecto también fue significativo, beneficiando directamente a más de 850 personas de la Isla Tasajera.
Durante esta etapa del proyecto se rehabilitaron cinco kilómetros adicionales en los canales estuarinos Santa Cruz y Agua Zarca, zonas prioritarias por su valor ecológico, donde habitan especies como tortugas marinas en peligro de extinción y aves nativas. Estas acciones permitieron mejorar el flujo hídrico natural, recuperar hábitats y fortalecer la biodiversidad.
Como parte del enfoque de restauración ecológica con participación comunitaria, también se introdujeron 10,000 semillas de curiles en corrales comunitarios. Estas acciones no solo beneficiaron al ecosistema, sino que generaron empleo digno y promovieron la seguridad alimentaria en la zona.
Además, se ejecutaron 10 limpiezas submarinas en puntos críticos identificados junto a la comunidad, donde se eliminaron redes de pesca fantasma y residuos sólidos que amenazaban la fauna marina y la calidad del agua. Estas tareas se realizaron con el acompañamiento técnico necesario y con la participación activa de pescadores locales.
“Este proyecto transformó el cuidado del medioambiente en una acción colectiva y tangible. En Bancoagrícola creemos que cuidar el manglar es cuidar a las personas que viven de él. Por eso, La Cuenta del Mar fue también una apuesta por la equidad, la sostenibilidad y el orgullo comunitario”, afirmó María Luz Castellanos, Jefa de Marca de Bancoagrícola.
“Desde nuestro propósito de promover el desarrollo sostenible para lograr el bienestar de todos, abrimos La Cuenta del Mar como un puente entre el cuidado de la naturaleza y el bienestar de las personas. Cada canal restaurado, cada semilla sembrada y cada jornada de limpieza fue una oportunidad para construir un país más humano y resiliente”, agregó María Luz Castellanos, Jefa de Marca de Bancoagrícola.
El impacto de La Cuenta del Mar fue más allá de lo ambiental. Gracias a la articulación con organizaciones comunitarias como Asociación de Desarrollo Comunal Turística y Medio Ambiente Local (ACOMAYTUL) y la cooperativa Estrellitas del Mar, la iniciativa fortaleció el liderazgo de las mujeres, la generación de ingresos sostenibles y el conocimiento técnico local.
“Hemos logrado avances significativos en la restauración del Estero de Jaltepeque. La cercanía con las comunidades y el enfoque técnico que compartimos con Bancoagrícola y Mastercard nos permitió hacer del manglar un espacio vivo, productivo y respetado”, sostuvo Margarita Ayala, Gerente General de Fundación Domenech.
Con esta segunda fase, Bancoagrícola y sus aliados reafirmaron su compromiso con un futuro más humano, verde y resiliente. Porque solo cuando se cuida lo que se rodea, podemos hablar de bienestar para todos.